EL AGUA EN NUESTRO PLANETA
El agua existe en la Tierra en tres
estados: sólido (hielo, nieve), líquido y gas (vapor de agua). Océanos, ríos,
nubes y lluvia están en constante cambio: el agua de la superficie se evapora,
el agua de las nubes precipita, la lluvia se filtra por la tierra, etc. Sin
embargo, la cantidad total de agua en el planeta no cambia. La circulación y
conservación de agua en la Tierra se llama ciclo hidrológico,
o ciclo del agua.
Cuando
se formó, hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de años, la
Tierra ya tenía en su interior vapor de agua. En un principio, era una enorme
bola en constante fusión con cientos de volcanes activos en su superficie. El
magma, cargado de gases con vapor de agua, emergió a la superficie gracias a
las constantes erupciones. Luego la Tierra se enfrió, el vapor de agua se
condensó y cayó nuevamente al suelo en forma de lluvia, enfriando la Tierra y
formando los Océanos y ríos.
El ciclo hidrológico comienza con la evaporación del agua desde la superficie del
océano. A medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el vapor se
transforma en agua: es la condensación.
Las gotas se juntan y forman una nube. Luego, caen por su propio peso: es la precipitación.
Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo. Si es más
cálida, caerán gotas de lluvia.
Una
parte del agua que llega a la tierra será aprovechada por los seres vivos; otra
escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano. A este
fenómeno se le conoce como escorrentía.
Otro poco del agua se filtrará a través del suelo, formando capas de agua
subterránea. Este proceso es la infiltración.
Más tarde o más temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la atmósfera,
debido principalmente a la evaporación.
Al evaporarse, el agua deja atrás todos los elementos que la
contaminan o la hacen no apta para beber (sales minerales, químicos, desechos).
Por eso el ciclo del agua nos entrega un elemento puro. Pero hay otro proceso
que también purifica el agua, y es parte del ciclo: la transpiración de las
plantas.
Las raíces de las plantas
absorben el agua, la cual se desplaza hacia arriba a través de los tallos o troncos,
movilizando consigo a los elementos que necesita la planta para nutrirse. Al
llegar a las hojas y flores, se evapora hacia el aire en forma de vapor de
agua. Este fenómeno es la transpiración.
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